8 de noviembre de 2010

Decálogo del teleoperador


decálogo.
1. m. Conjunto de los diez mandamientos de la ley de Dios.
2. m. Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad.

- Lo primero que debéis saber es que al teleoperador le pagan por hacer su trabajo, que no siempre (de hecho, muy pocas veces) tiene que ver con ayudar al cliente.
- Lo segundo que debéis saber es que cuando llamáis con la ira de un mohicano cuya mujer acaba de ser violada por una tribu rival diciendo que la empresa es una mierda y que todos los que trabajan ahí son "unos ladrones y unos sinvergüenzas", el teleoperador está reprimiendo sus ganas de abrazaros porque coincide al 100% en todas vuestras apreciaciones... a no ser que sea un teleoperador trepa y lameculos. Ya es triste y penoso (da "ascopena", que diría Álex de la Iglesia) ser trepa y lameculos, pero ser teleoperador trepa y lameculos es... desconcertante. Es decir, eres TELEOPERADOR, ¿a dónde leches quieres trepar?
-Lo tercero que debéis saber es que nunca encontraréis la complicidad del teleoperador... a no ser que el teleoperador encuentre ahí una vía para salvar su culo; o bien seas uno de esos abuelillos entrañables de España que realmente necesita ayuda. No llames fingiendo ser un abuelillo entrañable. Recuerda lo del ascopena.
- Lo cuarto que debéis saber es que la expresión "soy cliente vuestro desde hace..." significa tanto para un teleoperador como una cagada de paloma en una estatua para el Ayuntamiento. TODOS SON CLIENTES NUESTROS DESDE, no vengas alardeando.
- Lo quinto que debéis saber es que el teleoperador SÓLO quiere resolver la llamada a su favor (el de la empresa) puesto que la llamada está siendo grabada. Tu felicidad personal, como ya dijimos en el punto uno, es irrelevante. Así que, lo más inteligente, mucho más que montar un pollo y rebelarte contra el sistema, es ayudar al teleoperador a ayudarte. Ayúdale a ayudarte.



- Lo sexto que debéis saber es que, pese a sonar cansinos y asépticos como cyborgs enviados desde el futuro por Skynet, los teleoperadores tienen corazón (bajo su endoesqueleto de metal). Cuando decís "sé que tú no tienes la culpa de esto" antes del chorreo, el teleoperador lo agradece. Siempre.
- Lo séptimo que debéis saber es que cuando tratáis al teleoperador como a una basura humana, el teleoperador secreta y furiosamente desea vuestra muerte. Y suele tener acceso a todos vuestros datos personales.
- Lo octavo que debéis saber es que cuando llamáis a un servicio de atención al cliente para escuchar cómo se soluciona un problema, la parte más importante de la llamada es aquella en la que ESCUCHÁIS cómo se soluciona el problema. Hablar tres minutos seguidos sin parar para respirar no soluciona mágicamente el problema. Si fuera así, en Argentina no existirían los teléfonos de atención al cliente.
- Lo noveno que debéis saber es que el teleoperador SIEMPRE está escuchando, está obligado por contrato a llevar unos auriculares que perforan su mente y aniquilan sus neuronas cada día. "¿Me está escuchando?", Eeeeeem... sí. "Señor lechero que tiene sus manos en las tetas de las vacas y las está exprimiendo... ¿está usted ordeñando las vacas?" Eeeeeeem... sí. El teleoperador sabe que, pese a la estupidez de vuestras palabras, la resistencia es inútil.
- Lo décimo que debéis saber, y quizá sea éste el punto más importante de todo el decálogo, es que el teleoperador ya odia bastante su propia vida como para que vengáis vosotros a tocar los cojones.

6 comentarios:

Marisol Salanova dijo...

lol Me he sentido super identificada rememorando mis cinco llamadas de ayer a Ryanair para solucionar un problema con un vuelo, toda una odisea y la página web colgadísima... Si no llega a ser por la última (bendita) teleoperadora, su paciencia con el propio servidor de la web de su empresa y su amabilidad solucionándomelo ella sin darme dos instrucciones a seguir en la web y colgarme (como los cuatro anteriores) me quedo en tierra. Me hizo pensar en cuando, al principio de la carrera, me presenté para un trabajo de teleoperadora a media jornada y duré una semana. Recordé también la historia de una amiga que trabajaba en el servicio técnico de una tienda de ordenadores y vivía situaciones horrorosas con clientes descontentos. Hay trabajos en cuyos inconvenientes no reparamos cuando estamos al otro lado... de la línea telefónica. Gracias por el post.

Clark Kent dijo...

Hola, Marisol. Gracias a ti por comentar.

Una excepción a todo mi decálogo, y que te funcionó ayer a ti, es éste: Si llamas y hablas con normalidad y educación al teleoperador, seguramente consigas lo que pretendías cuando marcaste el número.

Sobre lo de colgar el teléfono... hay mucha historia que contar ahí, jaja! Habrá que hacer una segunda parte del post.

Si es un teleoperador al principio de su curro preocupado por "los tiempos" (las llamadas no deben sobrepasar, digamos, los cuatro minutos y medio) puede recurrir a lo de cortar la llamada. Se hace. Yo no tuve huevos más que para hacerlo una vez en 9 meses. Pero hay gente que lo maneja como un recurso más.

En fin, que hay de todo... tanto a un lado como al otro de la línea.

Aire Fresquito dijo...

Desde luego es uno de los trabajos más durillos que existen... y además de los peores pagados.

Me encantaría leer una segunda parte del post. El decálogo no puede ser más fiel a la realidad...

Lois

Nymeria dijo...

Jajajajaja. "Si fuera así, en Argentina no existirían los teléfonos de atención al cliente". Simplemente genial.

Un trabajo duro, y suponqo que más ahora, con el resquemor generalizado contra los teleoperadores por culpa de que ciertas compañías telefónicas te llamen sin cesar a todas horas, con preferencia por la hora de la siesta...

Clark Kent dijo...

Loidita mía, no es en absoluto tan duro como el tuyo, I told you, pero tiene momentos un poquito horribles, sí. Yo creo que hay una secuela del post en camino...

Nymeria, es verdad que SOMETIMES el teleoperador (el que está en emisión de llamadas, sobre todo) se gana el odio de la gente por llamar a esas horas... La culpa es de su jefe, mayormente. A él le pagan por soltar el speech. Los que "marcan el número a la hora de la siesta", por así decirlo, son los jefazos que no se manchan la oreja llamando a nadie. Pero aquí también hay mucho que comentar... A ver si Hollywood hace ya una película de teleoperadores, jaja.

Gracias por comentar.

Anónimo dijo...

BRILLANTE--ALUCINANTE--DESOPILANTE--ANIQUILANTE--ATLANTE--ESCUDRIÑANTE!