18 de noviembre de 2011

Dufresne, Darabont

Si hay una película mítica de los últimos 20 años, esa es “Cadena perpetua” (“The Shawshank Redemption”, Frank Darabont, 1994). No hay abuelo, señora o zigoto que haya visto el film y no lo haya disfrutado. Es una cinta maravillosa, evocadora del mejor cine comercial hecho en Hollywood, cuando los diálogos de las películas eran refinadas piezas de arte y no pura morcilla entre set piece y set piece. Frank Darabont, el exitoso adaptador televisivo de ese cómic colosal llamado “The Walking Dead”, logró llegar a las patatas de todo el mundo con la historia de amistad, libertad y redención de Andy Dufresne y Red Ridding, unos maravillosos Tim Robbins (que no ha estado mejor en su vida) y Morgan Freeman (si queréis ver una genial imitación de la voz de Morgan Freeman a cargo de un fenomenal impostador de laringes, sólo tenéis que el vídeo que viene a partir del minuto 01:17-).


Pero no estamos aquí para glosar las virtudes de tan mítica cinta, sino para constatar mi sorpresa ante lo que acabo de descubrir; que no es otra cosa que el título original de la historia que escribió Stephen King. El maestro del terror de Maine la tituló “Rita Hayworth and the Shawshank Redemption” (el relato acompañaba a otros tres en la antología “Las cuatro estaciones” (“Different Seasons”)).  Me parece un título mucho más “mítico” que el definitivo, mucho más elegante y mucho más “evocador”, en el sentido que indicábamos antes del viejo Hollywood. Sin embargo, que luzca mucho más impreso negro sobre blanco no significa que fuera un mejor título para la película. ¿No centra demasiado la atención del espectador en Rita Hayworth y en el póster de la celda de Andy? (Por cierto, la foto que encabeza este post es el póster que adorna la pared del recluso). Más clásico, monumental y redondo… por lo tanto, más “literario” y prescindible en su traslación al cine, que supo fijar el foco en el viaje del protagonista y no en algo que sería mejor descubrir con nuestros propios ojos a lo largo del metraje.
Os dejo con algunos de los cortes de la exquisita banda sonora que compuso Thomas Newman para “Cadena perpetua”, al tiempo que os invito a leer el libro “Stephen King en cine y televisión” (Pedro L. López, Arkadin Ediciones), un trabajo claramente pasional del autor recomendado para todos los seguidores del escritor norteamericano de best-sellers de terror.


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