27 de febrero de 2012

Dice Rubén Lardín

(...) Se lo debemos agradecer a Tom Cruise, que está loco. Tom Cruise ha sacrificado la vida para habitar el Olimpo, algo que sólo puede alcanzar alguien asexuado e intacto. Porque Tom Cruise no es maricón, Tom Cruise es más bien una rana o un cisne, un cisne mitológico. Tom Cruise, sabedor de que la literatura ha de ser voz interior, respuestas y certidumbres, mientras la labor del cine será ceñirse al accidente, la acción y la traumatología, es no sólo el responsable sino el máximo protagonista de "Misión: Imposible" (...)
Rubén Lardín, Cinemanía 196, Enero 2012, Página 27

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