Esto, el título del post, es lo que ha hecho un señor esta mañana al ver pasar a una bella moza. Entiendo que es un comportamiento natural, no sé si intrínsecamente español o universal ("las letras, como los números... ¡¡son universales!!" que diría Pumares en La Mítica Llamada del Fibergrán), pero lo que no es tan natural es el escorzo, el requiebro de la columna hasta extremos circenses, con tal de escanearle el culo a una señorita. Como dicen en las series, he was totally checking her out. But in a psycho fashion.
Os pongo en situación (aunque no tanto como a él -cheap joke, I know-): Señorita rubia con pelo recogido, gafas de sol y un vestido blanco de estos veraniegos, ligeramente corto de abajo, fresquito. Aireando las piernas pero nada escandaloso, ni siquiera llamativo. Yo voy detrás de la señorita en cuestión, a unos 5 metros en la misma dirección, con mi compra de la mañana en una bolsa de plástico que me han cobrado por lechuguino (Primera regla de la Compra según la Lois: NUNCA SALIR DE CASA SIN BOLSAS). La compra era esta: leche de avellanas, leche de almendras, leche de soja enriquecida con calcio, 3 manzanas golden y "Las aventuras de Pinocho" de Carlo Collodi en edición de bolsillo (creíais que iba a pillar la Don Balón, ¿eh?).
En dirección contraria a nosotros, subía un señor español, uno de pura cepa. Ya sabéis... un señor español. Cuando vivía en Dublín con la Lois, la identificación del señor español era instantánea cual Nesquik en leche fresca. Bajito, bigote y una tendencia natural a repasar el cuerpo de las jóvenes. Eh, quien esté libre de pecado let throw the rock to the top. Sólo digo que deberían añadir cierto decoro a su escaneo, una elegancia británica en la perversión. Al cruzarse con la señorita rubia, el señor ha esperado pacientemente hasta desaparecer del perímetro visual de la chica ("sí, sí, stalker y todo lo que quieras pero tengo un timing que ni David Schwimmer") para lanzarse a una medio verónica corporal que dejaría temblando hasta al protagonista de los anuncios de chicles Boomer. ¡Qué coordinación! ¡Qué inmediatez! What a delivery!
Al recuperar el paso y levantar la mirada, el señor se encontró con la mía. No era severa, pero le estaba juzgando, más por perpetuar la imagen del señor español que por querer deleitarse en el cuerpo de una mujer bonita. Él, sin sentir ni padecer, bajó la mirada y continuó su camino. Varios adoquines más tarde, otro señor español (éste sentado en un banco y con unos gramitos de pudor) y hasta una señora de mediana edad se volvieron para repasar visualmente a la chica. Se le caían las feromonas a cada paso, parece.
Puede que lo verdaderamente censurable sea mi actitud, acechando a un stalker... ¿qué clase de persona soy? ¿Un acosador pasivo? ¿Recojo los humos del stalking de los que me preceden y al llegar a casa toda la ropa me apesta a acoso? La verdad es que siempre he sentido cierto aprecio por las tv-movies de Gary Busey... estoy empezando a preocuparme...
6 comentarios:
Grande!!! Añadiré a tu estudio antropológico que en Argentina los hombres son aún más explícitos. Acompañan el escaneo con dos o tres pasos en la dirección de la escaneada.
Hombre, ahí por lo menos hay gallardía, un algo...
El Hombre Argentino, ante ese sí me volvería yo (eeeeem... no nos hagamos líos con esta frase...)
Mira, el escaneo molesta pero ya los piropos obscenos...Mi jefe dice (cada vez q llego quejándome) q más protestaré cuando no me los digan. Discrepo. Una cosa es "guapa" o el ya clásico "quieres un novio feo pa que no te lo quiten?". Y otra el viejo verde (o no tan viejo) q literalmente babea mientras dice cosas como "ay lo q yo te haría si pudiera" o el guapa lascivo (algo así como "mmmm" movimiento con la lengua) O como le dijeron a una amiga hace poco "Te comería todo el piiiiip". Eso te hace sentir incómoda, no halagada. Digamos no a los pervers.
Digamos no a los pervers... pero SÍ a ese clásico de "¿quieres un novio feo para que no te lo quiten?", ¡es buenísimo! Y muy aplicable.
Entonces, Gabi, un escaneo desde lo lejos, con un poco de disimulo, ¿se puede aceptar? Porque, seamos sinceros, ¡a veces hay que mirar!
Qué bueno volver a leerte. Yo seguiría con BrendaMola sólo por leer tus comentarios... Ay...
Yo una vez vi un cuerpo escultural. Pero como estaba frente a mí, en el espejo, no tuve que doblarme.
Ay, Dios, que no sabía nada de la llamada del Filijrán (¡a petecán de mor!), y lo que me acabo de reír escuchándolo. Ha llegado un momento, Clark, en que he tenido que hacer el mítico gesto del Picard Facepalm. Qué descojone. Y que grande el Pumares. Cómo me gustaba escuchar su programa. Aunque cuando le daba por poner música….
Bueno, centrándonos en la entrada. Estoy de acuerdo en lo que le dices a Gaby. Y es que, no nos engañemos, ¡a veces hay que mirar! Desde lo lejos y con disimulo, sí, pero es que hay que mirar. Es que te lo pide el cuerpo. Es necesario. Vale que, después de hacerlo, te sientes como un salido, pero afrontémoslo: en el fondo es lo que somos, está en nuestros genes.
Es como si yo fuera caminando por la calle y me encontrara de frente con el mismísimo Thomas Cruise Mapother IV. Por Dios, ¿cómo no iba a volverme?, ¿estamos locos?
"Las tv-movies de Gary Busey", jajajaja. Genial.
¡Saludos!
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