18 de enero de 2012

Dice Marta Reig

Extraído de su último post en DolceCity Paris:
Si hay algo a lo que uno se debe acostumbrar cuando llega a vivir a Francia es a la famosa mostaza de Dijon…. y a su picor. Todos hemos caído: llegas a un restaurante y, mientras esperas tu plato, hay un tarrito de mostaza en la mesa. Como el pan está a mano, coges un trozo, lo untas bien, y te lo metes en la boca. Segundos más tarde te quedas sin aliento y te llora un poco un ojo, sensación que dura tan sólo unos segundos, pero de la que te acuerdas la siguiente vez que ves uno de esos tarritos asesinos en tu mesa.
¡Jajajaja! Crack.

2 comentarios:

Aire Fresquito dijo...

Yo he visto Dijon Mustard en las neveras de la crepería, me supongo que se compra para hacer la "homemade balsamic dressing" que hacemos casera. Nunca la he probado así sola, pero si Marta dice que pica a rabiar yo ya no la tomo. Hay que seguir los consejos de los que más saben. Siempre.

Clark Kent dijo...

Pues hace bien la crepe en hacer las salsas con las líderes (lideresas?) de su campo. La salsa del sandwich aquel de la crepe que me comí estaba de muerte, me da que todas vuestras salsas tienen que estar muy ricas.

Yo la mostaza, cuanto más lejos mejor. Aunque si está muy disimulada... (el pollo aquel a la mostaza de Kaixo, el sitio bilbaino de Madrid donde nos tomamos la crema de remolacha, estaba bien rico).